Elaborado a partir de una receta original que se mantiene intacta, el pan dulce de Plaza Mayor, en el barrio de Monserrat, es un clásico de fin de año
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Repleto de frutas escurridas, pasas de uva, nueces, almendras, avellanas y castañas, el fanatismo de algunos por este manjar es tal que si no llegan con «esa caja» entre sus manos a la cena de Nochebuena, no la dejan pasar.
Todavía no terminó el mes de noviembre y la gente llama todos los días al restaurante Plaza Mayor, en Venezuela al 1300, para preguntar por el pan dulce. Por eso, los dueños del lugar decidieron dejar un mensaje en el contestador automático para responder las dudas de sus clientes. «…Si desea el pan dulce marque 1. La venta es de 9 a 11 y 17 a 19, pesa aproximadamente un kilo y no tenemos revendedores. Su valor es de 9.000 pesos—«, informa la voz en el teléfono.
«…Por la calidad de la materia prima y la cantidad de almendras, nueces y castañas de cajú que lleva debería estar alrededor de los $12.000, pero hasta ahora lo mantenemos así -dice Federico Yahbes, que empezó a trabajar como mozo en la empresa familiar de la que hoy está cargo, hace ya 37 años…».
Yahbes insiste, y asegura, que prefiere perder margen de ganancia antes que calidad. «…Siempre fue así, y nunca hicimos eso de ponerle menos almendras o escatimar en algún producto en función del precio. Cuando mi abuela vivía, ella era la que muchas veces se metía en la cocina para controlar…», cuenta Yahbes.
Una decena de empleados están a cargo de amasar, abollar y cocinar el pan dulce. En este momento, prefiero cortar un poco la producción, que se venda menos si es necesario, pero que la gente esté descansada. Ya no hay más turno de madrugada».
Cábala o secreto, Yahbes prefiere no revelar el dato, y explica que como se trata de un producto artesanal, fresco y sin ningún tipo de conservantes, la producción es constante y la venta inmediata. «…Nuestro pan dulce se consume a los diez días, entonces no puedo tener stock y llenar un depósito con cajas. Se hace y se vende, día tras día…», explica el gastronómico, y señala que por el momento no hay límite de unidades.
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