Artiaga, el local que nació en La Boca y que hoy genera largas colas en Saavedra. Paracaídas, la creación que se convirtió en símbolo.
Artiaga es una tradicional panadería con un local que parece chico con vitrinas repletas de palmeritas, sándwiches de miga, panes y tortas. La gente hace cola para comprar. Y detrás de ese éxito hay una historia familiar hermosa.
En la actualidad, la procesión hacia Artiaga incluye vecinos de otros barrios porteños y hasta personas que cruzan la General Paz desde el conurbano norte. “…Los días de elecciones llegan viejos vecinos del barrio que se mudaron. Nos saludan y de paso se llevan alguna cosita dulce…”, cuenta Graciela.
El fuerte de la confitería son las facturas. Una de las más populares: la paracaídas. Todo surgió con un maestro panadero que había sido paracaidista en la Guerra de Malvinas. Un día Daniel, hermano de Graciela, se equivocó en el corte de la masa para las medialunas: las hizo cuadradas en lugar de triangulares. Y ahí el excombatiente tuvo la idea.
Para aprovechar la masa, la rellenó con dulce de leche, la cerró con forma de paracaídas y la coronó con crema pastelera. La factura resultó un éxito y en su honor la llamaron así.
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