La directora ejecutiva de control general, Milagros Rivadera, confirmó que la clausura de la panadería ubicada en Tarragona y Centenario se realizó porque “…no tenía la habilitación municipal y porque se detectaron plagas, falta de mantenimiento de paredes y no contaba con cielorraso ni el cerramiento obligatorio para la elaboración y producción de alimentos…”.
En tanto agregó que “…se detectó la falta de condiciones higiénicas y sanitarias y que había animales domésticos donde se elaboraban los productos que allí se comercializaban…”. Por estos motivos, se decomisó la mercadería que se encontraba en el lugar y se labró un acta de infracción.
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